De Guindos, Cristobal Montoro, Soraya y Merkel por este orden, aunque debería presidir la honorable derechona Doña Angela, que no es la que mueve los hilos -otro día lo dedicaremos a la Banca Privada- pero tiene su cuota de poder bien delimitada y por supuesto muy por encima de los subalternos de nuestro gobierno, ni mejor ni peor que el anterior, tampoco diferente.
Es una desgracia dejar el destino de muchos en manos de pocos, pero más desgracia es que estos pocos lo hipotequen a cambio de una silla en un consejo de administración de una gran empresa energética o un Banco de mierda. Los más afamados podrán disertar sobre sus nefandas aptitudes por unos cientos de miles la conferencia. Eso si, en el caso de que la cosa no saliera como es de esperar, recibirán su paga vitalicia. Deberían besar por donde pisamos, pero aun pretenden que les chupemos algún órgano.