

Si realizar una caricatura supone un esfuerzo encomiable (por eso estoy en ello, es como la disciplina "extreme" del dibujo) tener que buscar las imperfecciones, o intentar deformar un rostro de los denominados bellos o perfectos, se convierte en un reto colosal. El amigo David Duque propuso este reto en el Bookface -el rostro de E.Anaya, ahí queda eso- una mezcla de duelo en Ok.corral con unas gotas de perversión, todo junto y mezclado ha supuesto uno de los trabajos más difíciles y divertidos en los que he participado, tanto que -doy mi palabra- que quería finalizarlo y rematarlo, pero acabe exhausto. Se lo dedico pues al amigo David.